¿Qué se celebra el Domingo de Ramos?
Es la entrada triunfal de Jesús en Jerusalem y la puerta de entrada a la Semana Santa.
A Jesús se le reconoce como el Hijo de Dios para lo cual el pueblo lo esperó con ramos de palma y olivo de regalo. Por eso se bendicen los ramos al comenzar la eucaristía.
Además, ese domingo, el evangelio es el relato completo de la Pasión, muerte y Resurrección de Jesús.
¿Qué es el Triduo Pascual?
El Triduo Pascual son los 3 días que contemplan; el Jueves Santo, Viernes Santo y la Vigilia Pascual.
Estos días nos harán revivir el acontecimiento central de nuestra salvación. Serán los más intensos de oración y meditación, en los que reflexionaremos, ayudados por los conmemorativos ritos de la Semana Santa; la Pasión, la muerte, y la Resurrección de Cristo.
Cada día del Triduo Sacro es un misterio y un tesoro.
El Jueves Santo
Contemplaremos a Cristo, que en el Cenáculo, en la vigilia de su pasión, hizo a la Iglesia el don de sí mismo, instituyó el sacerdocio ministerial y dejó a sus discípulos un mandamiento nuevo, el mandamiento del amor. En el sacramento de la eucaristía ha querido quedarse con nosotros, haciéndose nuestro alimento de salvación. Tras la sugerente santa misa de la Cena del Señor, permaneceremos en adoración con él, obedeciendo el deseo que manifestó a los Apóstoles en el Huerto de los Olivos: «Quédense aquí y velen conmigo» (Mt 26, 38).
El Viernes Santo
Reviviremos los trágicos pasos de la Pasión del Redentor hasta la crucifixión en el Gólgota. La adoración de la Cruz nos permitirá comprender más profundamente la infinita misericordia de Dios.
Al pasar conscientemente por aquel dolor inmenso, el Hijo Unigénito del Padre se convirtió en anuncio definitivo de salvación para la humanidad. ¡Ciertamente la cruz es un camino difícil! Y, sin embargo, solo en ella se nos entrega el Misterio de la muerte que da la vida.
El clima de recogimiento y silencio del Sábado Santo nos ofrecerá después la ocasión de esperar, rezando con María, el acontecimiento glorioso de la Resurrección, comenzando a experimentar ya la íntima alegría pascual.
En la Vigilia Pascual
Al entonar el canto del «Gloria» se desvelará el esplendor de nuestro destino: formar una humanidad nueva, redimida por Cristo, muerto y resucitado por nosotros.
Cuando se cante en el día de Pascua, en los templos de todos los rincones de la tierra, Dux vitae mortuus regnat vivus, «el Señor de la vida había muerto; pero ahora, vivo, triunfa» (Secuencia), podremos comprender y amar hasta el fondo la Cruz de Cristo: ¡en ella, Cristo derrotó para siempre al pecado y a la muerte!