La parroquia San José de Pemuco no tiene párroco. Cuatro hermanas de la congregación son administradoras parroquiales con Susana Dumrauf ss.cc. como responsable de dicha administración. Inédito en Chile. Fue el obispo de Chillán, Sergio Pérez de Arce quien les encomendó esta misión en julio de 2021, en época de mascarillas y aforos.
Este era el mejor lugar sin duda para retomar misiones de verano. Fueron 3 las comunidades escogidas esta vez para que jóvenes de los 4 colegios de la congregación vivieran una experiencia de misión que quedará grabada a fuego en sus corazones. La primera misión no se olvida nunca.
Veintidós jóvenes acompañados de 10 profesores y hermanas se distribuyeron en las localidades de Ateuco, Puerto Pinto y Relbún donde fueron acogidos con cariño y alegría por familias campesinas.
Esta versión de misiones se llevó a cabo entre el martes 2 y el lunes 8 de enero y participaron 6 jóvenes de Nuestra Señora de la Paz, San Javier, Providencia y 4 del colegio de las hermanas ubicado en Álvarez, Viña del Mar. Durante estos días pudieron conocer a la gente, compartir, trabajar con ellos y por sobre todo escucharlos.
El hito final fue participar el domingo 7 de enero en la inauguración de la capilla Santa Elena con la presencia de misioneras y misioneros y de las comunidades donde pudieron compartir.
En el Facebook de las hermanas de la congregación pueden revisar las casi 200 imágenes que escogimos para graficar estas misiones. También compartimos aquí los testimonios de jóvenes y hermanas que participaron de esta gran experiencia.
Hmna. Valentina Pérez ss.cc.
La recepción de la gente a las misioneras, misioneros fue genial, porque ellos lo hicieron por su propia organización y sus recursos. Los recursos en el campo no son muchos, pareciera que tuvieran porque sacan sus frutos de sus tierras del campo, pero eso significa que son otras las carencia. Los misioneros y misioneras reaccionaron excelente a la situación del campo donde el agua es un tema, pero de eso se tratan las misiones. Además estamos muy agradecidas con la municipalidad que apoyaron con el tema del agua.
Josefa Villalobos – Monjas Francesas Viña del Mar
Nos tocó Ateuco y no tengo las palabras suficientes para expresar el agradecimiento, gratitud y amabilidad que tuvo la comunidad con nosotros.
Hmna. Susana Dumrauf ss.cc.
Yo creo que las misiones siempre son un desafío y un rejuvenecimiento para las comunidades. Sentí que los testimonios que dieron los jóvenes tienen que ver con el impacto que tiene en ellos una realidad distintas, porque de alguna manera son jóvenes que no tienen estas necesidades. Ellos valoran la sencillez y que en medio de su pobreza la gente pueda ser feliz con sus problemas y sus dificultades, porque la fe los sostiene. Va a ser muy interesante evaluar el impacto que produjo en nuestras comunidades esta experiencia de misiones y cómo potenciarla. La gente colaboró todo lo que pudo y fue un muy buen trabajo en equipo comunidad-jóvenes-parroquia. Esto es un signo de Dios.
Sofía Lagos – Liceo Nuestra Señora de la Paz, Viña del Mar
Esta ha sido una experiencia muy enriquecedora para mí porque una está todo el día pendiente del movimiento de la ciudad. Esta es una forma distinta de ver la vida de cómo aquí la gente es más unida y más solidaria entre ellos.
Hmna. Adriana Salinas ss.cc.
Me quedo con una alegría porque ver a los jóvenes trabajando y metiéndose en cosas que no están acostumbrados y también me quedo con los desafíos de remover la tierra. Moverla y prepararla para sembrar. Nosotras en este tiempo en la parroquia hemos tratado de mover un poco de tierra y para mí esto es sentir que hay nuevos caminos para seguir. Es maravilloso poder concretar un proyecto de 3 años de acompañar a estas 16 comunidades que tanto necesitan de la cercanía y de esta siembra que estamos haciendo. Me nace un agradecimiento profundo al Señor por esto que estamos viviendo.
Catalina Bastías – Monjas Francesas Viña del Mar
Fue una experiencia en la que pudimos conocer a las personas que pertenecen a la comunidad y establecer un vínculo con ellas. Nos vamos con el corazón llenito y sintiendo aprecio por todas las personas que se tomaron el tiempo de recibirnos y con toda la disposición del mundo nos permitieron conocer en profundidad a cada una de ellas y sus historias que solamente se quedan en Ateuco.
Aída Torres – Colegio SS.CC. Providencia
Ha sido una instancia muy bonita, he aprendido muchas cosas, a la escucha fundamentalmente. Fue una instancia de mucha paz, principalmente mucho amor y mucha alegría tanto de parte de mis compañeros como de las personas que también viven acá.
Hmna. Carmen Gloria Mancilla ss.cc.
Compartir esta experiencia con los jóvenes ha sido enriquecedor. Los jóvenes tienen la capacidad y generosidad de darse, sobre todo en su gran anhelo de amar y seguir a Jesús en su estilo. Fueron día de compartir, de conocer, de abrirse a otras realidades, de integrar la vida de las comunidades rurales, acoger el mundo de los jóvenes, de los niños. Creo que en una iglesia en que necesitamos abrirnos y tener caminos nuevos, esta vivencia de pequeñas misiones nos indica un camino de cercanía y de fraternidad. Tenemos que renovarnos y volver de nuevo a lo esencial. Quedo muy contenta y agradecida.
Martina Loyola – Liceo SS.CC. San Javier
Esto ha sido una experiencia maravillosa, de mucha enseñanza, de comprensión, escucha, que me ha ayudado a comprender lo que viven otras personas de sectores que yo no conocía. Aprendimos que la solidaridad es lo más importante y la conexión que tuvimos fue impresionante.
Hmna. María Concepción Vegazo ss.cc.
Maravillosa experiencia porque siempre es bueno entender que una es la misionada. Nos hace bien, se logra el objetivo de compartir, no son tiempos mejores ni peores, sino distintos y hay que acompañar a los jóvenes para que puedan sacar lo mejor de ellos. Fue muy bueno para la gente también. Fueron poquitos días, pero había que ir retomando luego de la pandemia. Algunos estaban cansados, pero muy contentos.