Por Rosa Contreras
La hermana Jovita Campos ss.cc., dio inicio al encuentro motivándonos a participar en diferentes momentos, teniendo como centro el Evangelio de Mateo 25: “Porque tuve hambre, porque tuve sed…”.
Se formaron grupos al azar, donde se reflexionó sobre cómo dábamos testimonio de nuestra ayuda al prójimo. Hubo un momento muy emotivo con la bendición del pan y el vino, para que todos nos sintiésemos bendecidos.
Se encendió la luz de Cristo, y compartimos: ¿Qué tipo de hambre hay en nuestra sociedad, en nuestra comunidad? ¿Con quién compartiríamos hoy nuestro pan? ¿A quiénes necesitamos saciar la sed hoy?
En el último momento se le pidió a los grupos elegir un/a representante para acercarse a dejar el cirio en un altar y se hiciera una oración. Todas las oraciones, muy profundas, brotaban del corazón y lo más hermoso fue que la mayoría tenían una intención común. “Pedían a Dios que cuidara a sus hijos, para que no se apartaran de su camino”. Se entregaron algunas donaciones para el centro abierto de la Fundación Sagrados Corazones que acoge a personas mayores durante el día en la comuna de Macul en Santiago.
Nos acompañaron dos exalumnos con hermosas canciones que ayudaron mucho a sensibilizarnos y conectarnos con ese Dios que nunca nos abandona.
Agradecemos a todos los que aceptaron nuestra invitación, a este momento preparado con mucho cariño por el Equipo de Pastoral.