Este fin de semana se llevó a cabo el primer Congreso Educativo de nuestra comunidad, que buscaba sentar las bases del proyecto educativo del Colegio SS.CC. Monjas Francesas de Viña del Mar.
En la tarde del viernes contamos con la presencia del Vicario para la Educación del obispado de Valparaíso, José Ignacio Latorre, y de Alejandra Grebe, ex directora de la DEP (Dirección de Educación Pública), quien entregó el contexto actual de la educación y los desafíos de los nuevos tiempos, sobre todo considerando la postpandemia.
Luego se comenzó el trabajo reflexivo en torno a distintos temas, facilitado por Jorge Sanhueza y el equipo de la Corporación Ágape-Educación. Lo primero que destacó fue la importancia de la conversación como una forma de ir construyendo la realidad del proyecto educativo, donde los 119 años de historia no han pasado en vano y quienes participan de la comunidad educativa tienen mucho que decir. Citando la idea de “realidades conversacionales”, de John Shotter, Jorge Sanhueza explicó que este tipo de conversaciones no se cierran, pues un proyecto educativo debe hacerse cargo de poner sobre la mesa el trasfondo de las inquietudes de cada estamento, recogiendo la historia y la pertenencia.
Así, el diálogo fluyó entre profesores, directivos, e incluso una alumna que llegó a este privilegiado momento de encuentro y discernimiento.
Durante la mañana del sábado, los participantes recibieron el saludo de la hermana Irene Arias, superiora de la Congregación de los Sagrados Corazones, quien les animó a tener una excelente jornada de trabajo. Luego las actividades se centraron en la búsqueda del propósito del colegio, el “para qué” existimos, que fue construido por cada grupo, para luego acordar una frase común a todo el grupo presente, quedando así: “Existimos para formar estudiantes que sean agentes de cambio, desde la espiritualidad de los Sagrados Corazones”.
Lo que siguió fue definir cuáles eran los valores que sostenían este propósito, las características de los estudiantes, profesorado y familias que participan de este engranaje, definir las líneas de acción prioritarias que serían el paraguas de la comunidad, para finalmente aventurarse en una propuesta “pedagógica-formativa”, con distintos elementos que fueron siendo votados por todos y todas (ver fotos).
El congreso finalizó con una hermosa y esperanzadora oración en la capilla, que tuvo como centro la palabra del evangelio de Mateo 9: “Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres”. Sin duda un llamado a renovar nuestros sueños con mirada de futuro sobre las herramientas que niñas, niños y jóvenes necesitan para enfrentar el mundo de hoy.
A través de nuestros canales de comunicación iremos compartiendo la sistematización de lo realizado con el fin de tener un tiempo de post congreso y decantar lo vivido en estos días.
Agradecemos la disposición de quienes participaron y el entusiasmo y gratitud que manifestaron durante este proceso.