La única manera de ir construyendo comunidad es encontrándonos, compartiendo experiencias, conociéndonos, mirándonos y escuchándonos. Por eso estas instancias de jornadas son tan preciadas en un colegio como el nuestro. Los colegios de la congregación de los Sagrados Corazones son comunidades educativas pastorales, por lo que cada cosa que hacemos, la hacemos desde el carisma y desde la certeza de que en comunidad se vive mejor y educamos mejor a nuestras niñas y niños.
Por esto, el sábado 25 de octubre, la pastoral del Colegio Sagrados Corazones de Viña del Mar convocó a madres, padres y apoderados de todos los ciclos a una jornada de encuentro, reflexión y comunidad, bajo el lema “Construyendo comunidad desde el encuentro”.
La actividad —organizada por el equipo de Apoyo Escolar junto a la Pastoral— tuvo como propósito favorecer un espacio de crecimiento personal y comunitario, promoviendo la construcción de vínculos significativos desde la espiritualidad de los Sagrados Corazones.
La mañana se desarrolló en tres momentos:
El círculo del encuentro, una dinámica lúdica que dio inicio al diálogo y la cercanía entre los participantes.
Mi semilla interior, un espacio personal para reflexionar sobre los valores y virtudes que cada familia desea transmitir.
Nuestra familia SS.CC., un trabajo comunitario para soñar juntos el colegio que queremos seguir construyendo.
“Fue un ejercicio muy enriquecedor, lleno de ideas, recuerdos y emociones, donde cada participante aportó desde su propia experiencia y amor por el colegio”, compartió la apoderada Claudia Lorca,. “En cada palabra y dibujo se reflejaron los valores que nos identifican: la unión, el respeto, la solidaridad y el compromiso”.
La jornada finalizó en la capilla del colegio, donde las familias presentaron sus reflexiones y compromisos, dando gracias por el camino compartido y el deseo de seguir fortaleciendo la comunidad.
Una visita llena de emoción y recuerdos
El encuentro coincidió con un momento muy especial: la visita de un grupo de exalumnas que egresaron hace 40 años, quienes recorrieron con emoción los pasillos del colegio, recordando anécdotas y vivencias que aún conservan en el corazón. Como gesto de cariño, regalaron a todos una interpretación del himno del colegio en francés, lo que fue un tremendo regalo y signo del Espíritu.


