Bandung es una ciudad ubicada a 150 kilómetros de Yakarta, la capital de Indonesia. Hasta allí llegaron a principios de septiembre 18 hermanas de la congregación de todo el mundo que se reunieron en el “Consejo de Congregación” que es la antesala del 37º Capítulo General que se realizará en septiembre de 2024 en Roma. Paralelamente también se reunieron los hermanos en su Consejo General ampliado que a su vez es la previa de su 40º Capítulo General.
Porque la Congregación camina de la mano entre hermanas y hermanos. En Bandung entonces, entre el 3 y el 13 de septiembre se hizo realidad la fraternidad tan propia de nuestra espiritualidad.
Oraciones y eucaristías se celebraron en conjunto y el trabajo temático por separado.
Irene Arias ss.cc. asistió como superiora de Chile y Paraguay. También asistió Mónica Jiménez ss.cc. encargada de la zona de América Latina.
Un momento muy significativo se vivió en la oración de apertura del Consejo de Congregación cuando la superiora Patricia Villarroel pide permiso a la hermana Romeka Situmorang, Coordinadora de Asia, para entrar en el país y acercarse a su cultura y sus costumbres. Romeka después acoge a cada una de las participantes. La oración, llena de simbolismos tuvo tres momentos: primero con una luz a los pies de los fundadores y del mapa de Indonesia, símbolo de la luz que ellos aportan en esta cultura y a su vez la luz y vida que la cultura indonesia aporta a la Congregación. Un segundo momento donde se agradeció a cada una, a los fundadores y a las hermanas que las han precedido, y un último momento donde cada una expresó: “estoy aquí para escuchar, discernir y optar por la vida y quiero hacerlo contigo hermana”.
Durante esos días recorrieron distintas temáticas acerca de la realidad de la congregación en los diferentes partes del mundo. Y la realidad nuestra no es muy distinta a la de otras congregaciones, las vocaciones son escasas en Europa y América, sin embargo ha habido un florecimiento de estas en Asia.
Irene Arias nos cuenta que uno de los motivos de hacer este encuentro en Bandung tenía que ver con reconocer el trabajo fructífero de estos 25 años de presencia en Indonesia, donde a pesar de la minoría del catolicismo -más del 80% es musulmán- se trabaja con respeto entre distintas religiones. “Es muy generoso de parte de la congregación por lo difícil que es llegar hasta allá, pero es una forma de acompañarse y vivir la fraternidad”, dijo. Sobre los temas comentó que hubo dos de especial relevancia, por supuesto además de aquellos que se están preparando en vistas del capítulo; la educación y la pastoral juvenil. “Si bien sabemos que principalmente los colegios están en América Latina, con excepción de España que tiene 2 colegios, el Congo y Hawái, lo cierto es que hay otros modos de estar atentas a la formación y evangelización. En Indonesia el voluntariado atiende a niños pre escolares, por lo que hay una oportunidad”.
La hermana Irene tuvo la oportunidad de visitar la zona cuando recién la congregación llevaba un par de años, por lo que pudo evidenciar el avance y el cariño con que se han vinculado en el lugar: “Tienen un gran voluntariado para todo. Los laicos están al servicio de lo que sea necesario. Fue muy bonito ver cómo ha crecido la presencia y el bien que han podido hacer las hermanas ahí”.
En cuanto al trabajo conjunto con los hermanos, se reflexionó acerca del liderazgo y la sinodalidad, además de ir mirando espacios comunes a compartir durante ambos capítulos generales en un año más.
El trabajo de la congregación seguirá a través de trabajo remoto de distintas comisiones que deben aportar para que el gobierno general, a cargo hoy de nuestra hermana chilena Patricia Villarroel, proponga el devenir del capítulo.